PELIGRO
Era tarde, estaba oscuro y seguía esperando pacientemente en la puerta. Estaba dispuesto a hacerlo con cualquiera que intente pasar a llevarse algo.
No le importaba si era un niño un joven o un viejo. Si era hombre o mujer.
Por lo que le habían contado los vecinos podía ser cualquiera.
Tenia el dedo apoyado en el “gatillo” dispuesto a usarlo.
Consciente de lo que sucedia en ese barrio pobre y olvidado, se convirtió para él, en una obsesión.
De pronto advirtió que un joven con tapabocas y las manos en el bolsillo se dirigía a la puerta.
Se adelantó apurado, rápidamente cruzó su camino y le dijo:
- ¡Muéstreme las dos manos!
Y presionando el gatillo del spray, se las roció
-Ahora puede pasar- agrego con una sonrisa, satisfecho de mantener el local inmunizado,
¡ ¡ Waw ! ! Genial !
ResponderBorrarMuchas gracias!!!
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